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El cliente siempre tiene la razón

Hoy vamos a subir un post “calentito”, de esos políticamente incorrectos… pero como es nuestro blog… podemos hacerlo.

Y os cuento la razón, que hoy tengo la sinceridad subida a la cabeza. Hace unos días, nuestro equipo, ese que ni os imagináis lo duro que trabaja y el esfuerzo que hace con cada evento, con cada boda, para que todo salga a las mil maravillas, se daba de bruces con una reseña “increíble”. Para ser más exactos, con dos, aunque en realidad era la misma, copiada y pegada de Google Maps a Bodas.net.

Nos quedamos de piedra, algunos más afectados de lo que nos gustaría… ¿¡Pero qué queréis que os diga!? Nos dedicamos a crear momentos únicos para nuestros novios, somos emocionales, aquí the love is in the air y las cosas nos afectan. Y más allá de si somos más o menos sentimentales, cuando hay un gran trabajo de un equipo de profesionales que se dedica en cuerpo y alma a que las cosas salgan perfectas, no digo bien, sino perfectas, pues encontrar cosas como esta… duelen. Y os cuento rápidamente.

Uno o dos días después de la celebración de una boda, la novia nos puso un audio maravilloso, de esos que te ponen una sonrisa en la boca. Nos hablaba de lo genial que había sido el día, de lo bien que había salido todo… esas cosas. Todo positivo. Nosotros encantados, claro. Pero poco después nos encontramos una reseña larguísima en la que, salvo el primer párrafo en el que vuelve a decir que todo genial, arremete injustificadamente contra todo lo realizado en el evento. Todo le había parecido mal. Nuestra sorpresa: mayúscula. Por supuesto, no tardamos en contestar y defendernos de aquellos comentarios; punto por punto. La novia subió el comentario, como decía, a otra página y nosotros contestamos igualmente.

 
 

Aquello había dolido. No era verdad lo que se decía, de hecho era contradictorio totalmente con lo que ella misma había dicho en el audio y con la situación que se había dado en el evento.

Y ahora os pregunto, ¿de verdad creéis que el cliente siempre lleva razón?

Yo digo tajantemente que no, que a veces la lleva y otras veces no.

El gran trabajo que hay detrás de una boda

Y es que, cuando los novios y sus invitados aparecen por la finca y se sonríen al ver lo bonito que está todo, la colocación y decoración minuciosa de cada elemento… no imaginan, ni por asomo, el trabajo que hay detrás de eso. Pero voy más allá, todo lo concerniente a la alimentación (alergias, intolerancias para tal o cual invitado), solicitudes especiales por parte de los novios e incluso, a veces, por parte de los amigos de los novios; la distribución del personal, la contratación de fotógrafos, de elementos extras, y una larguísima lista de cosas que tenemos que preparar y realizar para ese día y para que todo salga a pedir de boca. Porque nada puede fallar.

El día que una pareja viene a contratar nuestros servicios, les abrimos nuestra finca de par en par y un enorme abanico de posibilidades (además de las que, muchas veces, ellos mismos traen en la cabeza). Los novios ya han visualizado cómo quieren que sea el día de su boda (además de mágico, claro): ya han ido contabilizando cuántos invitados y quiénes serán; cómo quieren ir vestidos; los colores de las flores que les van a acompañar a cada paso que den ese día; lo que les encantaría comer; lo que ni de coña quieren en su boda (porque estuvieron en una y les espantó)… Pero además, se han metido en internet y están al tanto de todas las novedades, de las últimas tendencias, de los extras más sorprendentes para los invitados… En Finca Un Agua queremos atender sus peticiones y llevarlas a la realidad (aunque, he de decir, que a veces es inverosímil lo que se pide y hay que convencerles de que eso que quieren no es posible llevarlo a cabo) y compaginarlas con los servicios que quieren contratar. Es, entonces, cuando arranca la maquinaria. Una maquinaria formada por el personal encargado de cada aspecto y que desde ese día y hasta el día de la boda tendrá a esa pareja en mente y buscando todas las soluciones posibles a cada petición.

Porque el día de tu boda tiene que ser PERFECTO

¿Quién cuando es invitado a una boda o, incluso, cuando se casa es capaz de pensar en algún instante en todo el trabajo y esfuerzo que hay detrás de ese momento, de ese instante que apenas dura unas cuantas horas? Prácticamente nadie, porque ese día uno está para divertirse, para ver brillar a los novios, para disfrutar con ellos de ese momento tan especial y ellos, los novios, para grabar en su memoria esos instantes junto a los suyos. Detrás de sus “nos ha parecido perfecta, mejor de lo imaginado”; de sus “ha sido maravilloso, estamos felices”; o de sus “os volveríamos a elegir sin dudarlo”, hay horas y horas de trabajo, de gestiones, de preparación, de elecciones, de reuniones, de buscar soluciones ante posibles problemas que, a veces, aparecen. Hay un esfuerzo, hay una búsqueda inagotable por querer hacer de ese día un momento PERFECTO, así, con mayúsculas. Porque queremos que los recién casados sientan ese día como EL DÍA, que, cuando se despidan de nosotros, lo hagan felices y satisfechos por la decisión que tomaron meses antes al contratar los servicios con nosotros, al confiar en nuestro equipo.

Y no, no somos perfectos, a veces puede ocurrir que algo no salga como esperamos (aunque añadiré que raras veces ocurre esto gracias a la profesionalidad de cada uno de los que formamos parte de este equipo y a los años de experiencia que tenemos) y, cuando ocurre, somos nosotros los que pedimos disculpas y tratamos de enmendar el error. A veces, toca entonar el mea culpa. Pero ¿qué ocurre cuando no ha habido ningún tipo de error, cuando todo salió como debía y si hubo algún contratiempo no fue, ni mucho menos, culpa del equipo sino de los invitados o, incluso, de la propia pareja?

Las reseñas en redes, un arma de doble filo

Hoy en día, es muy fácil utilizar las redes sociales para desprestigiar el arduo trabajo de quien sea. Es sencillo esconderse tras una pantalla de un teléfono o de un ordenador y verter mentiras o generar disputas y discordias. Parece que no sale tan fácil en el cara a cara, a algunos ni siquiera por audio. Cuando uno escribe una reseña para perjudicar, por el mero hecho de perjudicar o, quizá, porque hubo alguien en la boda a quien no le pareció desde su punto de vista perfecto y ha decidido que sería buenísimo escribirlo y publicarlo, se debería pensar antes en el trabajo que hay detrás, en las personas (esas de carne y hueso que parece que se nos olvidan), que han puesto su tiempo y su energía en hacer felices a más de cincuenta personas, aunque solo sea durante un día.

No, el cliente no siempre tiene razón y, muchas veces, no valora a los que nos ponemos a su disposición para darles la mejor atención y el mejor servicio.

Por fortuna para nosotros, para todo este equipo que conforma Finca Un Agua, cada día nos encontramos con felicitaciones por nuestro trabajo, escritas, habladas y de todos los tipos y, sinceramente, nos quedamos con esto.